En los últimos dos meses, el estado de alarma ha obligado a casi todas las empresas a optar por el teletrabajo para seguir su actividad, con los empleados confinados desde sus domicilios. Fue un proceso de emergencia, de un día para otro, obligado por las circunstancias, que ahora ha empezado a revertirse, con la apertura de las distintas fases de desconfinamiento decretadas por el Gobierno.